La Ansiedad Según La MTC
La ansiedad es un estado de alteración psicológica que somatiza angustia y nerviosismo en el paciente. Puede estar provocada por emociones tan diversas como el deseo, la insatisfacción, el miedo, la inseguridad, la depresión, la tristeza o la represión entre otras.
Según la MTC, un exceso de cualquiera de estas emociones puede alterar y bloquear el correcto funcionamiento de la circulación energética de los órganos internos provocando la enfermedad. Dichas enfermedades pueden ser clasificadas y tratadas según sus sintomatologías, y aunque los tratamientos son eficaces, y mitigan la mayoría de los síntomas indeseables del paciente, ¿Estamos realmente tratando la ansiedad por su origen o simplemente sus síntomas?
Adentrándonos en los posibles orígenes de la ansiedad, nos encontramos con nuestros deseos más profundos, las verdades inconfesables, el vacío espiritual, la insatisfacción y la ambición, la frustración y el miedo…
Según la doctrina del Budismo, el deseo es la causa de todos los sufrimientos, ¿sería el deseo el origen de la ansiedad? Saber desprenderse de lo material y de arraigos emocionales, sin duda nos ayudaría a vivir con más sosiego, pero ¿cómo podemos vivir en una sociedad donde impera la competitividad y el consumismo? ¿Dónde está el equilibrio entre lo material y lo espiritual?
En ocasiones el materialismo nos hace perder valores, y nos llena de insatisfacción y de deseos materiales, anula nuestra empatía hacía el prójimo y anula la presencia de nuestro ser más profundo, obstruyendo el despertar de nuestro “yo espiritual”, del auténtico significado de la vida existencial, de nuestro poder creativo constante y de nuestra inteligencia emocional.
En la filosofía china, el Taoísmo es el más destacado de los pensamientos. En él se nos enseña a aceptar las cosas tal como son, a saber estar en el centro de todas ellas y no en los extremos. Para dicha filosofía, el bien hace que nazca el mal, lo bello hace que aparezca la fealdad. Elegir el bien y lo bello, nos sitúa en un extremo, (aunque sea el de lo “bueno”), nos convierte en extremistas, nos hace perder el equilibrio de la realidad, y convierte nuestra subjetividad en regla para vivir: sufrimos cuando estamos “mal” y nos autoinculpamos de no conseguir el “bien”.
Tendemos a compararnos con cualquier cosa, en cualquier situación, y con cualquier persona, sentimos inferioridad e insatisfacción cuando pensamos que no estamos a la altura comparada, vivimos deseando o ansiando un mañana mejor, y todo esto, requiere mucha competitividad y esfuerzo físico, que a largo plazo, causa fatiga mental, estrés, e inevitablemente inseguridad y ansiedad.
Estos desequilibrios emocionales causantes de ansiedad, tienen un efecto negativo en nuestro organismo, y los órganos más afectados según la MTC son el corazón, el hígado, y el riñón.