El efecto placebo es conseguir un efecto terapéutico positivo, provocado por la sugestión del paciente mediante un tratamiento que carezca de efectos reales curativos, pero, ¿Cómo se puede explicar este efecto según el criterio de la MTC? Según la MTC, a cada uno de nuestros órganos internos le corresponde una emoción (para más información, léase el articulo Entender la MTC). Dependiendo del grado de intensidad con el que se experimentan dichas emociones, provocan un efecto positivo o negativo del estado energético en los órganos y también en su sistema circulatorio. Cuando las emociones sean excesivas u obsesivas, desencadenan bloqueos energéticos y por lo tanto cambios fisiológicos, que pueden somatizarse en síntomas tan diversos como dolor, cansancio, mal estar general o algunas enfermedades de origen psicosomático, como casos de asma bronquial, eczemas, insomnio y alteraciones gástricas etc. Debido a que los orígenes de estas enfermedades son bloqueos psicológicos y energéticos, un auto-convencimiento de sentirse mejor por determinados tratamientos, como la utilización de placebos u otros tratamientos alternativos, consigue una liberación psicológica que ayuda a tranquilizar y a apaciguar el alma, el Shen, eliminando así el origen de la causa, reestableciendo la armonía energética y su sistema circulatorio, interrumpiendo los círculos viciosos del bloqueo psicológico que crean bloqueo energético, debilitando al paciente, y agravando más el sufrimiento emocional.
En los criterios fundamentados en la MTC, no sólo se contemplan los beneficios de la autosugestión, éstas interacciones de origen psicológico–físico, sinó que también podemos actuar sólo en la parte de la regulación energética, equilibrando las alteraciones emocionales, además de otros efectos terapéuticos como la sedación en caso de exceso (antipirético, antiinflamatorio, ansiolítico etc.) y la tonificación en casos de insuficiencias (anemias, inmunodeficiencias, astenias etc.).
La falta de información o contemplación sobre ésta interacción emoción–enfermedad, nos insensibilizan ante las consecuencias por el sometimiento de las emociones extremas, y no nos damos cuenta de las graves alteraciones que supone para nuestro organismo.
Conseguir un equilibrio emocional, sin duda es un punto clave de poder gozar de buena salud. Este equilibrio exige moderación, basada en el autocontrol de sí misma, con el apoyo de los valores sociales, culturales y creenciales.